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Ferzán Ozpetek: Un Talento Moderno y Casi Renacentista

El director ítalo-turco Ferzán Ozpetek vuelve a sorprender con su nueva película, Diamanti, una glamorosa comedia sentimental que fue presentada en la reciente Semana de Cine Italiano. Este filme rinde homenaje a las costureras que contribuyen a embellecer la pantalla cinematográfica, y cuenta con un extenso elenco femenino que brilla en cada escena. En esta ocasión, Ozpetek comparte su visión y experiencia en el mundo del cine.

Periodista: ¿Por qué dedica Diamanti a la memoria de Mariangela Melato, Virna Lisi y Monica Vitti? ¿Hay alguna razón especial detrás de ello?

Ferzán Ozpetek: He tenido la fortuna de estar en contacto con las tres y lamentablemente nunca pudimos trabajar juntos. Mariangela Melato me llamó después de mi primera película, Haman, el baño turco, expresando su deseo de filmar conmigo. Años más tarde, cuando finalmente la contacté para Magnifica presencia, me dijo que ya era demasiado tarde debido a su enfermedad. Virna Lisi, tras ver El hada ignorante, comentó a los medios que me admiraba. Después la llamé, le agradecí y le ofrecí un papel, pero finalmente opté por otra actriz. Nunca tuvimos la oportunidad de trabajar juntas, lo cual lamento mucho.

P.: ¿Y qué hay de Monica Vitti?

F.O.: Nuestra conversación fue breve pero significativa. Cuando gané el Globo de Oro por El baño turco, ella estuvo presente en el homenaje que me hicieron en Cinecittà. Nos presentaron y me felicitó. Luego se alejó, pero regresó para decirme: Mire, esta película es muy buena, pero usted va a hacer otras tan buenas como ésta. Esa afirmación me dejó una profunda impresión.

Ferzán Ozpetek, director ítalo-turco de quien se estrena “Diamanti”

El Comienzo de una Carrera Cinematográfica

P.: El hada ignorante, La ventana de enfrente, Cuore sacro, son solo algunos ejemplos. ¿Cómo empezó todo?

F.O.: Nací y crecí en Estambul. Decidí estudiar en Italia, ingresé a la Universitá La Sapienza y luego me transferí a la Academia de Arte Dramático Silvio DAmico. Mi padre me mantuvo durante tres años, lo cual me avergonzaba y, a la vez, me motivaba. Tras ese tiempo, y viendo mi falta de progreso, decidió cortar los fondos. Comencé a trabajar con un amigo que hacía marcos de cuadros y, al mismo tiempo, me involucré en el cine, buscando oportunidades con directores como Bernardo Bertolucci y Elio Petri. Finalmente, Massimo Troisi me aceptó en su equipo, y allí aprendí mucho.

P.: Y durante casi dos décadas fue asistente de dirección de Troisi, Maurizio Ponzi, Ricky Tognazzi, entre otros, en dramas y comedias con elencos de renombre.

F.O.: Sí, fue una excelente escuela. Me encantaba visitar sastrerías teatrales y seguir el consejo de un diseñador de vestuario: estar atento a los detalles, al color y a la luz sobre cada vestido.

P.: Esa enseñanza se aplica de manera especial en Diamanti.

F.O.: Absolutamente. En esta película, cada miembro del equipo, desde un modista principiante hasta un experimentado director de arte, aportó su talento. Formar un buen equipo implica elegir bien a las personas y permitirles desplegar su creatividad. Les indico algunas pautas, como que el color rojo debe ser dominante, y con eso, confío en su capacidad creativa. En mis primeras películas, repetía muchas tomas, pero ahora busco la espontaneidad y las emociones auténticas de los actores.

Más Allá del Cine: Ópera y Novelas

P.: Ahora, con su experiencia, también se dedica a dirigir óperas y escribir novelas.

F.O.: Sí, la ópera es otra de mis pasiones. He dirigido Aída en el Maggio Fiorentino y La Traviata en el Teatro San Carlo de Nápoles, que estuvo en cartelera durante siete años. También he escrito cuatro novelas, una de las cuales vendió 300.000 ejemplares, un récord en Italia. Escribir es un pasatiempo que disfruto por las mañanas, al igual que filmar películas y dirigir óperas.

P.: Hablando de sus proyectos, ¿cuál es la historia detrás del corto que presentó en la Bienal de Arte de Venecia 2019?

F.O.: Durante la preparación de Madame Butterfly en Nápoles, recibí una llamada para realizar un corto para la Bienal. Aunque inicialmente rechacé la oferta, propuse una idea que encajaba con el tema del evento. Filmamos a una chica en el agua, y aunque fue un reto, el resultado fue un éxito, lo que me llevó a hacer otro corto para el Museo de Arte Moderno de Roma.

P.: ¿Y cómo logra encontrar tiempo para todo?

F.O.: Es un desafío, pero siempre encuentro momentos para conectar con personas interesantes, como Douglas Kirkland, un fotógrafo icónico. Pasar una tarde con él se volvió muy enriquecedor, y también disfruto de experimentar con mis actores durante las filmaciones, siempre buscando emociones auténticas en cada escena.

P.: Finalmente, ¿por qué dedicó Tengo algo que decirles a su padre?

F.O.: Mi relación con él fue complicada. Siempre esperaba que yo fuera más masculino y no entendía mi mundo. Cuando hice El baño turco, él se mostró incrédulo. Tras su muerte, encontré recortes de prensa sobre mí, y me di cuenta de lo que realmente pensaba. Esto me inspiró a crear una película que reflejara esa compleja relación.

Ferzán Ozpetek sigue siendo un referente del cine contemporáneo, combinando su amor por el arte con un profundo entendimiento humano. Su habilidad para contar historias a través de diversos medios lo consolida como un verdadero talento renacentista.

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